Nos preguntáis mucho sobre el vestuario en las sesiones y una de las cosas en las que hacemos más hincapié es en los colores. Normalmente te podemos dar una idea sobre el tipo de tonos que favorecen según la localización o el set del estudio, pero, si no te conocemos, no podemos saber cuales son los que te favorecen según tu tono o subtono de piel, pelo y ojos. En este post te daremos las claves para saber cómo salir más favorecido en las fotos usando la colorimetría.
Estación cromática
¿Has escuchado alguna vez los términos: «estación cromática«? Como en todo en los seres humanos también puede hacerse un análisis de su colorimetría. Este análisis se aplicará tanto al tono de tu piel como al del pelo o los ojos y para identificarlo deben tenerse en cuenta estos tres parámetros:

– Temperatura de color: existen colores cálidos (de base amarilla) y colores fríos (de base azul)
– Pureza: cuando hablamos de pureza nos referimos a si el tono es 100% o está mezclado. En el primer lugar hablaremos de un tono puro y en el segundo de un tono suave.
– Luminosidad: nos habla de la luz que tiene el color, hablamos de un tonos claros u oscuros.

Para identificar estas características se creo una analogía que las asocia con las estaciones del año. Todos somos de una estación y quizás tendamos a una sub-estación.


Pero ¿queréis saber como distinguir esas características? Te dejamos con unas imágenes que te ayudarán a identificar tus tonos, pero a modo resumen se consideran características cálidas:
Ojos color miel o verdes y la piel doradas (con subtono amarillento) y el cabello pelirrojo, rubio dorado y castaño claro y medio.
En cuanto a las características frías son las que tienen estos rasgos o la mayoría de ellos:
Pieles claras con subtono rosa o colores oliváceos, ojos grises, azules puros, negros y marrones oscuros. En cuanto al pelo este será rubio ceniza, gris, blanco, negro puro o castaño muy oscuro.
Pero, ¿que sucede si, por ejemplo, llevamos el pelo teñido en otro color? nuestra estación no tendría que cambiar necesariamente ya que se deben de cumplir dos de estas tres características que son pelo, ojos y piel. Sin embargo si ya de antes teníamos solo dos y hemos modificado una si que podríamos cambiar nuestra estación pero también convendría tener en cuenta nuestra «sub-estación», que sería la anterior.

Pertenecen a tonalidades frías las estaciones de invierno y verano y a tonalidades cálidas las de primavera y otoño.  En la siguiente imagen podréis ver la paleta de colores de cada estación:

Otro de los trucos sencillos y que podemos aplicar todos en casa es acercarnos una pieza dorada o plateada al rostro. Puede ser un collar o un trozo de metal lo suficientemente grande… esto requiere un punto de observación pero lo que veremos es que el tono que más nos favorece es el que nos hace resplandecer. Nuestros «defectos» como pueden ser arruguitas u ojeras se difuminan y hay una  mejora notable del aspecto. Es fácil de apreciar pero si no lo logramos podemos pedir opinión a familiares y amigos para que juzguen como nos vemos. Si queremos podemos hacerlo enseñando una fotografía pero ahí deberemos de cuidar otros aspecto como que la iluminación sea suficiente y la misma en las dos fotografías o que el balance de blancos esté bien medido.
Ese mismo ejemplo podéis hacerlo con prendas de colores cálidos y fríos y observar lo que sucede.
Por último y para comprobar la armonía de color en nuestra piel podemos mirarnos las venas de los antebrazos, si nuestras venas son azules o moradas tenemos un tono frío, mientras que si nuestras venas son verdosas seremos de tono cálido.

En cuanto a nuestra luminosidad el procedimiento es más sencillo: el rasgo que marca si nuestra luminosidad es más clara o más oscura es el más oscuro, es decir: si tenemos ojos azules, pelo castaño claro pero una piel muy oscura, nuestra luminosidad es oscura.

En cuanto a la pureza nos sirve para concretar la estación y también es muy simple: se trata de ver cuan de puro es nuestro color de los tres condicionantes (pelo, ojos y piel): pelo negro puro, ojos grises, rubio ceniza… o bien rubio dorado con mechas, castaño claro, ojos verdes con vetas azules o miel…

Con todo esto: si en conjunto tenemos una luminosidad oscura y una tonalidad fría perteneceremos a la estación de invierno. Luminosidad clara y temperatura fría indican la estación de verano. Luminosidades oscuras y temperaturas cálidas nos hablan de otoño. Luminosidad clara y temperatura cálida nos dicen que pertenecemos a primavera.

Esperamos que el post de hoy te haya sido de mucha utilidad y  que puedas identificarte aún mejor y elegir los colores que más te favorezcan en tus sesiones.